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La ginebra es una bebida alcohólica destilada que se caracteriza por su sabor a enebro y una variedad de botánicos que se utilizan en su elaboración. Aunque su origen se atribuye a los Países Bajos, se ha popularizado en todo el mundo y es especialmente conocida por ser un ingrediente clave en cócteles clásicos como el gin-tonic o el martini.
La ginebra se elabora a partir de granos neutros, como el trigo, la cebada o el centeno, que son fermentados y destilados. El proceso de destilación incluye el uso de alambiques, donde los botánicos, especialmente el enebro, se maceran o se agregan durante la destilación para impartir su sabor característico. Otros botánicos comunes utilizados en la producción de ginebra incluyen cilantro, angélica, raíz de lirio, cassia, regaliz, cáscara de naranja, entre otros. Estos botánicos aportan una amplia gama de sabores y aromas que varían según la receta y el estilo de la ginebra.
Degustar la ginebra es una experiencia sensorial fascinante que nos permite apreciar sus diferentes matices de sabor y aroma. Para disfrutarla plenamente, comienza por seleccionar una copa adecuada, como una copa de balón o una copa de brandy, que permita capturar y concentrar los aromas. Observa el color y la transparencia de la ginebra, apreciando su brillo y limpidez. Luego, acerca la copa a tu nariz y tómate un momento para inhalar los aromas. Descubrirás una variedad de notas botánicas, desde el enebro y los cítricos hasta las especias y los toques florales. A continuación, toma un sorbo pequeño y permite que la ginebra se extienda por tu boca, explorando su textura y sabores. Notarás una combinación de sabores herbáceos, cítricos, especiados y sutiles dulzuras.